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Sorrento. La Costa Amalfitana IV.

  • Foto del escritor: Concha Estremera Sáez
    Concha Estremera Sáez
  • 28 jun 2017
  • 4 Min. de lectura

De Sorrento parte la carretera de la costa que llega hasta Salerno. El recorrido es Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1997 y no es para menos. Tras cada curva de sus 57 kilómetros veréis aparecer pueblos colgados en los acantilados, mansiones construidas en lugares imposibles y una vegetación sorprendentemente frondosa para estas latitudes. Pero antes de empezar la ruta, vamos a quedarnos un rato en Sorrento.


Si llegáis a esta localidad desde Nápoles en coche, no podréis evitar parar varias veces en los miradores que ofrece la carretera estatal 145, como el que hay en su paso por la localidad de Vico Equense, desde el que se disfruta de una vista magnífica del Vesubio y del Golfo de Nápoles, o como la que ofrece en Montechiaro el que está junto al Hotel Mega Mare con la península sorrentina de fondo. .


Qué ver en la ciudad.


Sorrento da nombre a la pequeña península en la que se encuentra. Desde finales del siglo XIX, ha sido un reconocido destino turístico que ya supieron valorar celebridades como Lord Byron o Goethe. Y es que son muchos sus atractivos.

Sorrento.


En un paseo por el casco antiguo encontraremos joyas como la Catedral de Sorrento, de estilo renacentista, la animada Piazza Tasso, el Palazzo Veniero (del siglo XIII), el Convento di San Franzesco y su bellísimo claustro (en la Piazza Gargiulo)... Sus calles están también plagadas de tiendas de moda, souvenirs, perfumes y delicatessen. Es fácil y agradable recorrer los rincones del centro.


Si salimos de ese entramado de callejuelas podemos visitar la Marina Piccola, de donde parten los ferrys a Nápoles y Capri. El otro puerto es Marina Grande, que conserva su sabor de pueblo pesquero. Para salvar la enorme pendiente del acantilado sobre el que está Sorrento y acceder al puerto, existen autobuses que parten de Corso Italia. Pero hay una opción aún más cómoda, y es el ascensor (Sorrento Lift), que parte de la Piazza Francesco Saverio Gargiulo y lleva a Marina Piccola y a las pequeñas playas. El coste de un billete de ida y vuelta es de 1,80€ (1€ sólo de ida) y es gratis para niños que midan menos de un metro.


Tomar algo.


La buena comida también se disfruta en Sorrento y nosotros pudimos comprobarlo en el restaurante Inn Bufalito, donde comimos una fabulosa mozzarella en su terraza. El restaurante está recomendado por Lonely Planet y Tripadvisor, y posee también una tienda de productos locales. Se encuentra en pleno centro de la villa, en Vico I Fuoro, 21.


Y también para cenar o, como fue nuestro caso, para tomar una copa, en el 24 de Corso Italia se encuentra el Caffé Latino, tras una verja blanca que esconde el jardín donde están situadas las mesas. Es un lugar realmente romántico para tomar algo, perfecto para impresionar a vuestra pareja y también a los amigos. La carta es de precio medio. Las pizzas rondan los 8€ y la pasta, los 14€.


Estas son mis sugerencias porque las conozco de primera mano, pero Sorrento está cargado de sitios donde tomar algo, como buen destino turístico.


Il Bagno della Regina Giovanna.

Darse un baño.


Viendo tanto mar y paseando tanto, en algún momento dan ganas de darse un bañito. Junto a la Marina Piccola se encuentra la playa de San Franzesco, cerca de varios balnearios con historia. Esta playa, como sucede con la mayoría de las de esta costa, es privada y eso significa que hay que pagar por el uso de las instalaciones (vestuarios, duchas, tumbonas...). Las playas no son el fuerte de la Costa Amalfitana. Suelen ser de arena negra muy gruesa y también cortas y estrechas. En todas las poblaciones hay una playa pública, pero suelen ser peores.


Pero Sorrento esconde un rincón de cuento para nadar y es Il Bagno della Regina Giovanna, una piscina natural entre ruinas romanas y las rocas del acantilado, bañada por el mar que entra a través de un arco de piedras. El agua es templada y transparente y, sinceramente, creo que no me he bañado en un sitio tan pintoresco en mi vida.


Os aconsejo que si vais a visitarlo, llevéis calzado cómodo para acceder, pues se llega andando. El camino es cuesta arriba en algunos tramos y el acceso tiene unas escaleras un poco empinadas, pero disfrutaréis de la vista del Vesubio que asoma tras las adelfas.


Vesubio desde Sorrento.

Y cuando lleguéis, lo mejor es que os calcéis unas chanclas o algo similar, pues el fondo del agua está lleno de pequeñas rocas. Parecen muchos impedimentos, pero creedme, soy campeona mundial de torpeza en todas las superficies y no sólo he ido, sino que lo he disfrutado muchísimo.


Se encuentra a las afueras de Sorrento, a unos dos kilómetros por Vía Capo, cogiendo el desvío a Traversa Punta Capo y el último tramo se hace caminando. Precioso lugar y encima, ¡gratis!


Las vistas.


Como ya he apuntado, a lo largo de toda la costa de la península sorrentina hay miradores que merecen una parada, pero las vistas más espectaculares se disfrutan en lo alto del Monte Faito, al que se llega desde Castellammare di Stabia, a través de la Via Quisisana, 11 kms de curvas pronunciadas. Allí hay una pequeña población con varios restaurantes, desde la que se divisa todo el golfo de Nápoles y el Vesubio desde una altura considerable. Cuando yo estuve, no sabía de su existencia ¡y me lo perdí! Espero que vosotros vayáis y me lo contéis.


Como curiosidad, aquí os dejo un vídeo que he encontrado en YouTube, con imágenes de Sorrento, con la versión que Elvis Presley hizo del clásico napolitano de 1902, "Torna a Surriento", dedicada a la ciudad, y que el cantante norteamericano tituló "Surrender".

Y vosotros ¿habéis estado en Sorrento? ¿tenéis planes para ir?


 
 
 

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